Mi foto
Me gusta el olor a libro nuevo, viajar mientras escucho música, caminar bajo la lluvia, imaginar historias en mi cabeza tirada en la cama, mirar viejas fotografías y recrear momentos del pasado, vagar sin rumbo por las calles de buenos aires y las noches de charlas interminables con amigas. No me gusta las sonrisas falsas de la gente, los silencios incómodos, lo lento que pasa el tiempo cuando estoy aburrida y lo poco que dura cuando más tiempo necesito, las palabras vacías y los finales.

domingo, 13 de marzo de 2011

Hoy, te digo adiós.

Esa impotencia de ver como las cosas se te escapan por las manos y por más que intentes atarlas, soldarlas o abrazarlas con todas tus fuerzas, se siguen escurriendo por tus dedos como burlandose de cada milimetro de tus esfuerzos; se te escapan con un paso provocador, riéndose de vos. La impotencia no es lo único que me genera, me genera dolor, por que tus manos no intentan con la misma desesperación lo que las mías, vos me soltás sin más. No entiendo que fue lo que nos pasó, si solíamos compartir cada cm cúbico de aire para reirnos juntas, contarnos hasta las más pequeñas nimiedades y burlarnos de las cosas importantes de la vida. Y ahora apenas se tu nombre, tu apellido, tu dirección y el hecho de que estás viva. Mil veces intente mantener juntas las piezas de nuestro rompecabezas, mientras vos ibas armando otros sin importarte el nuestro. Me cansé de mil veces hacerte planteos innecesarios de cuánto te extrañaba y cuan abandonada me sentía por vos; y en vez de empatizarte por mis sentimientos, te ponías a la defensiva y me tratabas de perseguida neurótica sin razón. Voy a admitir, si es mi culpa intentar brindarte mi ayuda cuando nisiquiera la pedías; disculpame por haberme interesado tanto en vos y no aceptarlo. Al parecer sólo me tenés en cuenta cuando tu vida se desmiembra, cuando te mandás cagadas y pocas son los que te tienden la mano; ahí entonces existo y me tomás del brazo entero y yo felizmente te ofrezco hasta mi tobillo. Yo siempre estuve ahí para vos, más allá de cualquier cosa que hubieras hecho yo sin juzgar camino al lado tuyo, porque te quiero, porque sos o eras mi amiga y yo no dejo a mis amigos a la intemperie. Me hubiera gustado decir lo mismo de vos, que me contuviste cuando yo tenía mis malos momentos, pero no puedo, y quizás eso no te lo pueda perdonar (aunque posiblemente ya lo haya hecho, porque soy tan tarada que perdono todo). Ya no tenés ni un minuto para mi, y todo el tiempo del mundo para otros, otros nuevos, aquellos que te mantienen fascinada por el momento (cómo yo una vez hice). Disculpame, pero ya no puedo seguirte el ritmo, no puedo seguir tratando de recomponer nuestra amistad cuando vos no hacés ni un mínimo esfuerzo, cuando no te interesa ser parte de mi vida ni dejarme ser parte de la tuya. No podés ni hacerte la idea de cuánto me duele (a tal punto de llorar escribiendo esto) pero ya no puedo más. Ojalá algún día me vuelvas a venir a buscar, y sino te deseo lo mejor y que tengas a personas que te quieran tanto como yo (y que vos quieras también).

1 comentario:

  1. no se para quien es esto... pero no llores, seguro no vale la pena.
    te quieroo

    ResponderEliminar