Primera reacción: Un pequeño
agujero negro fue extendiendose lenta y dolorosamente a través de mis órganos vitales, hasta desgarrar ese
inútil y absurdo músculo que llaman
corazón. La
desesperación, la
angustia y principalmente un
agudo dolor fueron desmenuzandome, hasta llegar a mis ojos y llenarlos de impotentes cristales salados (lágrimas burdamente).
(Esta última sensación persistiría durante toda la noche y se volvería pasiva teniendo vigencia hasta el momento).
Segunda reacción: Ira,
furia,
odio. Hasta sería posible haber masacrado un par de almohadas con mis puños o pies, y
venenosas frases siseando entre mis labios como una pequeña serpiente de sangre fría, injuriando.
Tercera reacción: Cansancio,
vacio,
resignación y un inexplicable sentimiento de
abandono, soledad. Monotomía, tristeza estancada.
Cuarta reacción: un
popurrí de todas las anteriores y
a veces, una
voluntad de seguir adelante; y
otras, un
deseo de recuperarte aún sabiendo que la querés a ella.
( "enamorado" "obsecionado" me rondan una y otra vez como carteles enormes de supermercados)
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