
- Sol
- Me gusta el olor a libro nuevo, viajar mientras escucho música, caminar bajo la lluvia, imaginar historias en mi cabeza tirada en la cama, mirar viejas fotografías y recrear momentos del pasado, vagar sin rumbo por las calles de buenos aires y las noches de charlas interminables con amigas. No me gusta las sonrisas falsas de la gente, los silencios incómodos, lo lento que pasa el tiempo cuando estoy aburrida y lo poco que dura cuando más tiempo necesito, las palabras vacías y los finales.
miércoles, 12 de enero de 2011
domingo, 9 de enero de 2011
Tercera reacción: Cansancio, vacio, resignación y un inexplicable sentimiento de abandono, soledad. Monotomía, tristeza estancada.
( "enamorado" "obsecionado" me rondan una y otra vez como carteles enormes de supermercados)
domingo, 2 de enero de 2011
miércoles, 22 de diciembre de 2010
(acerca de mi)
- que todo me importe demasiado (no hay suficiente subrayado para resaltarlo como es debido, es decir, frenéticamente).
- no ser de esas pendejas que van y vienen, cambian de "amores" como una mujer de toallitas femeninas y que a pesar de todo lo único que quieren es divertirse a costa de todo y de todos.( es decir, "amar" en serio, y no poder cambiar de página, el punto y aparte nunca fue mi fuerte).
- tener esta constante sensación a abandono, me sobran rincones oscuros y me falta autoestima, seguridad, una reserva privada de luz. Creadora de celos, envidia, demonios de la inconsiencia; conspiradores y de palabras ávidas. (Ser siempre una extraña en casa propia, y una eva moderna tentada por la serpiente).
- ese orgullo tan sobervio, infalible, que sirve de escudo y protector a mi cobardía. (Tantas oportunidades perdí por no dejarlo ceder, es un arma que no se descomponer).
- callarme lo escencial. (Cosas que nunca me voy a poder perdonar).
- nunca demostrar mi fragilidad, la sonrisa es mi máscara y mi emblema. La indiferencia que actúa satisfecha esta marioneta, mientras por dentro la porcelana se resquebraja. (Tanto dolor es a veces inhumano, o por demás humano).
- ilusionarme con la misma facilidad con la que dejo que otro me lastime. (Mi cabeza se volvió una máquina mecánica de ficciones aterradoramente seductoras, mi propia Matrix en la cual soy prisionera y peor aún, carcelera).
- fijar entre el mundo y yo esa distancia prudencial a veces en exceso, mi mecanismo de autoconservación. (Así te perdí, y no creo que sepas cuánto lo lamento).
- ser indecisa. (Dudando qué camino tomar, terminé cayendo en la nada).
- no ser lo que otros necesitan, no por deseo sino por incapacidad. (Mil perdones, saben que me encantaría regalarles el mundo y mucho más, me mortifica saber que no puedo).
- dar mil vueltas para empezar algo y luego dejarlo inconcluso. (Mi inconstancia es mi ruina).
- no poder ser aquello a lo que aspiro, tener el objetivo e ignorar los escalones a subir. (No ser la que quiero, sino este montón de viñetas mal escritas).
martes, 14 de diciembre de 2010
lunes, 6 de diciembre de 2010
No necesito nombrar a nadie, las amo tanto que no creo exista palabra o expresión que lo demuestre; perdón si este texto es pura basura pero necesitaba decirlo en algún lugar. Gracias por ser parte de mí.
martes, 23 de noviembre de 2010
(Silencio espeso)
jueves, 18 de noviembre de 2010
He's over me (I'm over).
miércoles, 10 de noviembre de 2010
Cosas de la civilización I
Si algo me ha servido ver a través de la historia, es para conocer la naturaleza humana, la que también fácilmente se ve por las calles. Tanta intolerancia, ahora y siempre, no lo entiendo, quizás esa sea su razón, el no entender mismo que les causa miedo, inseguridad. Esa constante necesidad del hombre de que el otro viva bajo sus principios, sus reglas y parámetros, su mirada; todos estar bajo el mismo dios, bajo la misma ideología, la misma inclinación sexual, la misma forma de ver el mundo. ¿Eso es lo que les asusta? Que existan otros mundos que otros puedan ver, vivir, sentir, ¿y ellos no? Se sienten inseguros, inestables, su realidad, su concepción parece no ser la única, y ahí surge la duda, ¿es la correcta? ¿Cómo pueden existir otras si todos vivimos bajo el mismo cielo? Sus creencias se ven tocadas, ellos no pueden equivocarse, los otros deben estar mal, defectuosos, equivocados, rotos, si si, rotos y hay que arreglarlos. Se engañan, dicen querer lo mejor para el prójimo, aunque este no lo comprenda. Mentiras, excusas, pretextos; son ellos los que no comprenden y por eso mismo lo realizan. Pero, ¿por qué deberíamos todos ser iguales? Por algo en apariencia somos todos diferentes, porque somos distintos, no somos la misma persona. Pero constantemente el humano debe mirar hacia el costado, comparar para tranquilizar su existencia, y ahí es donde se encuentra la falla, donde se siente desencajado. La belleza está en la diversidad, en lo diferente, lo extraño, lo antagónico; la homogeneidad es monótona y aburrida. Y si Juan tiene otra religión a la mía, ¿por qué juzgarlo, discriminarlo, atacarlo? Si espero ser respetado, tengo que respetar. Yo elegí a mi Dios, por qué creerme tan superior o especial en pensar que el otro no tiene el mismo derecho. Y si María se ve atraída por mujeres, ¿por qué insultarla, apartarla y tratarla como una enferma que debe ser curada? Que los cuerpos del hombre y la mujer encajen como dos piezas de rompecabezas no significa que está predestinado a que así sea. Algunos argumentan que va contra las leyes de la naturaleza, ¿acaso el amor no es natural? ¿Por qué algunos se creen propietarios de la vida personal de otros? ¿Quién se adjudica el poder de decretar quien puede amar a quien? Y volvemos a lo mismo, nos da miedo que otros vivan en una distinta sintonía. Y nos amargamos, pasamos una vida luchando más contra la vida de otros que disfrutando. Y así segregamos, discriminamos, separamos; creamos divisiones y establecemos muros. De repente es más importante el color de la piel, o de donde uno proviene que hacia donde va, quién es esa persona. Nos volvemos superficiales. Yo no deseo ser así, prefiero abrir mi perspectiva hacia otras realidades, aprender de ellas. Hay tantas maravillas en el mundo, y el hombre decide destruirla. Gasta su energía en pelear causas egoístas e individualistas que buscar el bien común. Hay una Iglesia que eleva en un grito de odio y soberbia su voz para condenar la homosexualidad, cuando es la misma la que oculta y protege a sacerdotes violadores de menores. Aquellos hombres que golpean y agraden violentamente a los gays, son luego los mismos que ocultan su verdadera sexualidad en el fondo del placard. Estoy cansada de vivir en una sociedad hipócrita, y tan ciega por elección. Yo decido de decir NO al odio, a la violencia, a la división, a la agresión, a la discriminación, al terror, a la infelicidad. Dejemos de lado el miedo y de causar miedo en los demás.
“Cuando conozco a alguien no me importa si es blanco, negro, judío o musulmán. Me basta con saber que es un ser humano.” Walt Whitman
“Si no podemos poner fin a nuestras diferencias, contribuyamos a que el mundo sea un lugar apto para ellas.” John Fitzgerald Kennedy
domingo, 31 de octubre de 2010
Todo terminó, ya está, es como si nunca hubiera sucedido, pero sucedió. ¿No? ¿O era solo mi imaginación? No, no. Yo sé que pasó. Pero vuelve todo a ser como antes, casi. Yo acá, sola, recreando los momentos, tratando de quizás encontrar lo que salió mal, aquellas palabras que me callé por cobarde o creerlas innecesarias. Se suman a toda la mugre bajo mi cama, las asignaturas pendientes que nunca se van a solucionar. Nos veo como una película, como apariciones, transparentes. Cierro mis ojos, grito interiormente que se detengan, pero siguen, son como fantasmas que me persiguen. Y de pronto estás en los lugares menos esperados, en las palabras más cotidianas, absurdas. No hay canción que no nos haya un día servido de paisaje, y ahora veo el río sola, el atardecer por fin llegó. Y esas canciones suenan tristes, sin alma. ¿Es que nadie inventó un botón de borrar para todo aquello que nos hace mal? Ya está, ya lo viví, fui feliz o lo más próximo que pude por un tiempo, AHORA QUIERO SIMPLEMENTE OLVIDAR.